Nuevo año, nuevos comienzos

No se si serán los años, pero he bajado el volumen de lo que escucho y he subido el de lo que siento.

Ya casi no me enrosco con las personas egoístas y agresivas, casi logro que sus actos y sus palabras no me importen. Aprendí a tomar las cosas según de quien vengan, aprendí a ignorar y a seguir sin que me afecte. Y comprendí cada cada quien hace lo que mejor puede. Nadie puede dar lo que yo espero o lo que yo daría así como tampoco yo puedo dar lo que otros esperan de mi.

Cada uno hace lo mejor que puede en cada momento según sus recursos y sus posibilidades.

Me emociona un atardecer, el sorbo de un buen te, una rica comida, una grata compañía, una buena canción, la inocencia de un niño, el calor de una mirada, el poder de un beso...

Me maravillo con la inmensidad del mar y las montañas, pero también con los mas diminutos detalles. Es increíble todo lo que hay dentro de una célula, un átomo, una partícula.

Me maravillo con la vida en todo su esplendor, amo ver una planta crecer, una hormiga juntando hojas, las formas y colores de las piedras, la paz de una ballena...

No sé si serán los años, los daños... El dolor que me convirtió en quien soy, o el no querer repetir algunos errores. Pero agradezco el estar viva, agradezco el aire que respiro y el estar sana. Agradezco profundamente cada lagrima y cada risa y sobre todo agradezco comprender que cada momento es justo el que necesito para encontrarme con mi verdadero yo.

Y quizás, solo quizás empiezo a ver la vida como realmente es...